La pandilla centroamericana Mara Salvatrucha (M-13) adiestró a los cárteles mexicanos de Los Zetas y de los Beltrán Leyva en decapitaciones y otras técnicas de violencia extrema, según un informe de la fiscalía publicado hoy por el diario mexicano “Excélsior”.
El informe coincide con la decisión de las dos principales pandillas salvadoreñas, la Mara Salvatrucha y Barrio 18, de entregar el 13 de julio 77 armas de manera simbólica, como el inicio de un proceso de desarme de las organizaciones, en presencia del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza.
El documento de la Procuraduría General de la República de México indica que Los Zetas, en colaboración con los Beltrán Leyva, en los últimos años se asociaron con la M-13 para el trasiego de droga y otras actividades criminales a través de corredores desde Honduras, Belice, Guatemala y El Salvador hacia Estados Unidos.
Las decapitaciones y desmembramientos comenzaron a ser frecuentes en México a partir de 2004, y según las autoridades forman parte de las técnicas de adoctrinamiento de la mara para amedrentar a los rivales y subir en el escalafón de las organizaciones.
“La decapitación se presenta en la Mara Salvatrucha como una forma de manifestar su barbarie y la necesidad de ganar notoriedad dentro de la pantilla”, señala el informe al que tuvo acceso el diario.
Las autoridades mexicanas desconocen el número de pandilleros mexicanos que operan en su territorio, aunque señalan que han sido recluidas en cárceles mexicanas 1.373 personas relacionadas con la M-13.
Según los datos oficiales, se tiene registro de 5.323 decapitaciones o cuerpos desmembrados en México entre 2007 y septiembre de 2011, en su mayoría en presuntas venganzas entre grupos rivales.
Las maras tienen como puerta principal de entrada el estado de Chiapas, fronterizo con Guatemala, y se ha detectado su presencia en Baja California, Tamaulipas y Chihuahua, estados fronterizos con Estados Unidos.