La Organización Mundial de la Salud afirma que uno de cada cinco niños en el mundo no recibe las vacunas rutinarias y que anualmente un millón y medio de menores mueren por enfermedades contra las que podrían haber sido vacunados.
Pronunció su preocupación por la corriente de resistencia a las vacunas, uno de los obstáculos para que se alcancen los objetivos de inmunización pese a que hay disponibilidad de vacunas.
No existe un perfil de clase social, origen nacional o étnico que rechace más que otro las vacunas, ya que -según aseguró Duclos- un alto nivel de educación no significa una aceptación automática de las vacunas.
Tampoco dependen del nivel socioeconómico del país, pues recordó que en el pasado se observaron fuertes corrientes de rechazo en una región de Reino Unido, donde llegó arraigarse la creencia de que ciertas vacunas causaban graves dolencias neurológicas en niños.
El representante de la OMS también mencionó el caso más actual de cierto rechazo a la vacuna contra la hepatitis B en Francia, aunque reconoció que no se cuentan con estimaciones sobre el nivel de rechazo existente en éste y otros países.
El miedo a las agujas actúa como factor disuasorio, por lo que la OMS emitirá próximamente una serie de recomendaciones para mitigar el dolor al momento de la inyección.
La vacunación a nivel mundial es de un 86% y el objetivo de la OMS es llegar a un 90% al término de este año.