El presidente de la República, Enrique Peña Nieto, encabezó la ceremonia de presentación del proyecto del nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), que “por su magnitud, diseño y beneficio social, será una obra trascendental, emblema del México moderno”.
En el evento “Avances y Retos del Plan Nacional de Infraestructura”, realizado en el salón Adolfo López Mateos de la Residencia Oficial de Los Pinos, el Primer Mandatario aseguró: “estoy consciente de que se trata de un proyecto transexenal, y que esta Administración no tendrá tiempo suficiente para poner en operación el nuevo AICM, pero lo importante es que México cuente con un aeropuerto de clase mundial para impulsar su desarrollo durante los siguientes años y décadas”.
“Estamos actuando con sentido de responsabilidad, y no mirando qué podemos entregar en el muy corto plazo. Éste es un aeropuerto que merece la capital de los mexicanos, y que merecen todos los mexicanos, y por eso la firme decisión del Gobierno de la República de llevarlo a cabo”, precisó.
Apuntó que en esta Administración “no elegimos la ruta corta o la más fácil; hemos optado por el camino de la responsabilidad, estamos haciendo frente a nuestros desafíos de décadas, con soluciones duraderas, con reformas transformadoras, nuevas políticas sectoriales y también con grandes proyectos de infraestructura”.
El Presidente Peña Nieto puntualizó que el nuevo aeropuerto “se construirá dentro de 4 mil 430 hectáreas de propiedad federal que ya se tienen en la región oriente del Valle de México”. Dijo que todas las actividades vinculadas al desarrollo del proyecto del nuevo AICM “se harán con absoluta transparencia y pleno respeto a la ley, garantizando la protección de los derechos de los habitantes de las colonias y comunidades colindantes a este proyecto”.
Subrayó que el financiamiento de este proyecto “si bien es cierto, contará con recursos fiscales, en su gran mayoría será autofinanciable a partir de los ingresos que generen el actual aeropuerto, y el nuevo una vez que esté en operación, así como del aprovechamiento de las instalaciones del actual aeropuerto”.
En pocas palabras, añadió, “esta obra de grandes beneficios para el país, en gran medida se pagará por sí misma; ello permitirá que su propiedad y operación queden a cargo del Estado mexicano”.
El Titular del Ejecutivo Federal explicó que, como ocurre en los grandes aeropuertos del mundo, como el de Hong Kong, Múnich o Seúl, “su desarrollo se realizará en etapas y tomará años llevarlo a su máxima capacidad. La primera etapa contempla tres pistas de uso simultáneo para transportar a más de 50 millones de personas, mientras que en su segunda fase contará con un total de seis pistas para atender a 120 millones de pasajeros anuales”.