El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, podría ser un fan de hueso colorado de los Medias Blancas, pero por encima de todo, es un chicagoense de corazón.
El mandatario estuvo ahí para apoyar a los rivales del norte, los Cachorros, durante su mágico viaje hacia su primer título de Serie Mundial desde 1908. De hecho, le pidió a los Cachorros que visitaran la Casa Blanca antes de que él deje su puesto en enero.
Y mientras que el presidente se encuentra bien ocupado en estos momentos con las elecciones a la vuelta de la esquina, Obama se tomó un momento la semana pasada para llamarle al manager Joe Maddon y felicitarlo por el gran logro de su equipo:
Lo cierto es que los Cachorros, a casi una semana de haber puesto fin a la “maldición de la cabra” y dejar de ser uno de los equipos profesionales sin poder ganar un título en el deporte estadounidense siguen dando de qué hablar.