En un cambio profundo respecto a su posición tradicional sobre el fenómeno de los estupefacientes, los máximos funcionarios de la ONU llamaron hoy a la comunidad internacional a considerar la despenalización del consumo de drogas.
En un mensaje para conmemorar el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, explicó que el organismo a su cargo “promueve un reequilibrio en la política internacional de drogas controladas”.
“Debemos considerar alternativas a la criminalización y el encarcelamiento de gente que use drogas y enfocar los esfuerzos de justicia criminal en aquellos involucrados en la oferta de drogas”, asentó Ban.
El titular de Naciones Unidas (ONU) indicó que el nuevo enfoque para reducir los costos que generan las drogas debe ponerse en “la salud pública, la prevención, el tratamiento y cuidado, así como en estrategias económicas, sociales y culturales”.
Mientras tanto, el vicesecretario general de la ONU, Jan Eliasson, expresó durante la presentación del Informe Anual sobre Drogas 2015, difundido este viernes, que “debemos ser honestos y valientes en aceptar que algunas políticas sobre drogas y sobre sentencias necesitan ser revisadas”.
En una confererencia en Nueva York, Jean-Luc Lemahieu, director de la División de Análisis de Políticas y Asuntos Públicos de la Oficina de la ONU contra las Drogas y el Delito (UNODC), explicó que la despenalización del consumo de estupefacientes no requiere modificar las convenciones de la ONU.
En una entrevista posterior Lemahieu precisó que la ONU promueve “un cambio de acento” en la interpretación de las convenciones, y que ese nuevo enfoque será visible en la reunión de alto nivel de 2016.
Subrayó que el objetivo de las convenciones de la ONU siempre ha sido la salud pública, aunque este aspecto fue de alguna manera desplazado por el acento de las políticas prohibicionistas de la llamada “Guerra contra las Drogas”, iniciada en 1971 en Estados Unidos.
El funcionario puntualizó, sin embargo, que experimentos como los de Uruguay -similares a los de varias entidades de Estados Unidos, en el sentido de que regulan el mercado, es decir, la venta de mariguana- no están en línea con las convenciones de la ONU.