Mientras los ánimos en la ciudad siguen caldeados y Baltimore se cura las heridas dejadas por varios días de disturbios y saqueos, los Orioles derrotaron este miércoles 8 carreras a 2 a los Medias Blancas de Chicago, en un partido que se jugó a puerta cerrada, sin fanáticos en las gradas.
El partido se adelantó cinco horas, para cumplir con un toque de queda, y se disputó a puerta cerrada como medida de seguridad por los saqueos y disturbios que han ocurrido cerca del estadio y en otros sectores de Baltimore desde el lunes, cuando fue el funeral de Freddie Gray, un hombre negro de 25 años que sufrió una lesión fatal de la espina dorsal mientras estaba detenido por la policía.
Grandes Ligas suspendió los dos primeros encuentros de la serie, que se jugarán como parte de una doble cartelera el 28 de mayo, pero dijo que no tenía espacio para reprogramar el tercer partido.
Chris Davis conectó un cuadrangular como parte de un racimo de seis carreras de los Orioles en la parte baja del primer inning que inclinó la balanza por los anfitriones.
El abridor dominicano Ubaldo Jiménez (2-1) continuó con su recuperación tras una desastrosa temporada en 2014, al permitir dos carreras (una limpia) y tres hits en más de siete innings. Ponchó a seis y otorgó un boleto.
Manny Machado se fue de 4-3, incluyendo su cuarto vuelacerca del año, y Caleb Joseph remolcó un par de carreras por Baltimore. Jeff Samardzija (1-2) cargó con el revés al admitir ocho carreras y 10 hits en poco más de cinco entradas.
Este fue el primer partido en la historia del béisbol de Grandes Ligas que se juega a puerta cerrada, aunque sí fue transmitido por televisión.
La organización de las mayores suspendió en otras ocasiones partidos por motivos de seguridad: en 1992 por disturbios en Los Ángeles, en 2001 por los ataques terroristas en Nueva York y Washington, e incluso la Serie Mundial de 1989 después del terremoto de San Francisco.
“Tenemos un itinerario, así que tenemos que jugar los partidos”, dijo antes del encuentro el intermedista de Chicago, Gordon Beckham. “No podemos perdernos los tres partidos y después reponerlos. Entonces no tendremos días libres por el resto del año, así que al menos tenemos que jugar este”.
Todos los involucrados en el partido entendían la situación, y sabían que en la lista de prioridades para la ciudad en este momento, el 20mo. partido de la temporada de los Orioles no figura entre los primeros lugares.
“Esto hace que pongas en perspectiva lo poco importante que es esto comparado con algunas de las cosas que están pasando”, dijo el manager de los Orioles, Buck Showalter. “Uno trata de mantener esa mentalidad y de ver la situación de forma realista, de cómo encaja esto en la situación general. Uno prioriza lo que es importante y nosotros tratamos de hacerlo”.
Aunque en otros deportes, como el fútbol, no es inusual que se juegue a puerta cerrada por sanciones disciplinarias, para el béisbol se trata de una situación sin precedentes.