En nuestro país, los estragos del calentamiento global y el desequilibrio medioambiental han sido evidentes desde hace varias décadas. Los peores desastres naturales comienzan a registrarse con eventos sísmicos y climáticos. En 1988, el huracán ‘Gilberto’ azotó las costas del Golfo de México. El huracán arrasó con más del 50% de las playas acabando con servicios e infraestructura.
El huracán ‘Gilberto’ llegó a tierra el 14 de septiembre de 1988, en la península de Yucatán, provocó inundaciones en la parte noreste del país y su consecuencia fueron 202 muertes. La zona de su influencia fue de 250 km. También afectó a Campeche y a Monterrey, provocando el desbordamiento del río Santa Catarina. Las pérdidas se cuantifican en 10 mil millones de dólares.
El Huracán ‘Paulina’ entró por el Pacífico en octubre de 1997, dejando un saldo destructivo y mortífero en diferentes estados del país, como Puerto Escondido, Oaxaca y el puerto de Acapulco. Más de 300 mil personas se quedaron sin casa y entre 300 y 400 personas murieron, las pérdidas económicas fueron de cerca de 7.5 mil millones de dólares. El huracán ‘Erika’ impactó el noreste de México en el 2003. En consecuencia fueron evacuadas 51 plataformas petroleras, lo que significó una pérdida de 8,708 barriles de petróleo por día y 173,140 millones de pies cúbicos de gas natural diariamente. Los estados de Nuevo León y Tamaulipas fueron los más afectados.
En el año de 2005 hace su aparición el huracán ‘Ismael’. Produjo olas de 9 metros en las costas mexicanas, causando destrucción y dejando graves daños. Las fuertes lluvias alcanzaron los 197 mm en el estado de Sinaloa lo que causó la inundación de 4 municipios; además 54 personas perdieron la vida. Los daños en Sonora se calcularon en 8.6 millones de dólares.