Un certero cabezazo de Cristiano Ronaldo y un golazo del brasileño Marcelo bastaron al Real Madrid para ganar 0-2 al Schalke, que no plantó cara a un equipo efectivo y profesional, que encarriló en Alemania la eliminatoria de los octavos de final de la Liga de Campeones.
Los hombres de Ancelotti se vieron las caras con un rival perfecto para recuperar sensaciones después de un par de meses erráticos con días aciagos como el del Vicente Calderón. El brillo de antes de la Copa Mundial de Clubes de la FIFA había desaparecido y apenas quedaba algo de aquellas jornadas en las que las victorias llegaban solas.
En la actualidad, el Schalke es un club claramente menor que el Real Madrid. No se encuentra en un momento muy fino y Roberto Di Matteo, aunque ha conseguido formar un bloque más rocoso y compacto, sigue sin dar con la tecla para alcanzar a aquel equipo que hace algunas temporadas logró plantar cara al Bayern de Múnich en la Bundesliga.
Pero tampoco es el Schalke del curso pasado, al que el Real Madrid humilló con un 1-6 en su camino hacia su décima Copa de Europa. Dotado de más orden, pero con algo menos de calidad por la ausencia de su estrella Julian Draxler y de su portero titular, Ralf Fährmann, volvió a mostrarse como un conjunto timorato y previsible.
Cristiano apareció cuando más lo necesitaba. Suyo fue el primer disparo entre los tres palos del Real Madrid, con un cabezazo a pase de Dani Carvajal que acabó en la red de la portería del joven Timon Wellenreuther. Fue el 0-1, era el minuto 26 y el luso por fin acabó con una racha de tres partidos sin marcar.
Mientras, el Schalke, sólo probó a Casillas con un disparo de Huntelaar desde fuera del área que sacó muy bien el capitán blanco. Fue el único instante de peligro protagonizado por un jugador que después tuvo que salir del campo con un golpe en un tobillo. Sin Huntelaar, el Schalke perdió casi todo su mordiente.
Marcelo se encargó de dar la puntilla con un golazo casi al final que fue la mejor noticia para el conjunto merengue junto al tanto de Cristiano, que recuperó su olfato, el buen momento de Isco y el 0-2, un marcador muy bueno para afrontar la vuelta de los octavos de final.