Filias sexuales, la primera vez, sexo entre personas maduras, violaciones y la sexualidad desde un punto de vista femenino o gay son algunos de lo temas que incluso en nuestros días siguen siendo tabú en la sociedad mexicana, pero que encuentran voz en el teatro.
La periodista, activista y actriz de Monólogos de la vagina, Fernanda Tapia, dice que cuando hablas del tema sin tapujos a la gente, sin levantar las cejas y sin emitir juicios, se sienten en confianza y dicen “Pues sí, es verdad ¿Por qué tengo tantos prejuicios acerca de este tema?”.
Señaló que cuando “Monólogos” llegó a México fue transgresora por hablar de las sexualidad femenina y la violencia desde la voz de las mismas mujeres, lo que significó un grave problema en el norte del país porque nadie les permitía anunciarla.
Actualmente, la obra de Eve Ensler no sólo hace a la mujer mexicana cuestionarse sobre lo que le gusta o no en el ámbito sexual, sino que invita a la denuncia y al empoderamiento. También ha derivado en conferencias con sexólogos en las que hombres y mujeres pasan de ser espectador a alguien que se pregunta sobre su sexualidad y lo comparte dentro del teatro, algo que para Fernanda es muy positivo.
De filias y otros “males”… ”¡Que me gustan las putrefactas”, grita Dimas en medio del cuarto frío en el que desde hace tiempo, ante dos retratos —uno de su madre y otro de Pedro Infante—, se encarga de vestir, maquillar y amar a los muertos.
La obra Pan de muerto, que actualmente se presenta en el Foro Lucerna, muestra la necrofilia con un toque de humor, pero también con grandes dosis de realidad, pues de acuerdo a su protagonista, Adrián Rubio, deja ver el contexto que llevó a Dimas a convertirse en quien es y que encaja en el país en el que vivimos ahora.