Un satélite de observación atmosférica, de casi seis toneladas, que dejó de funcionar en 2005 y que ahora está incontrolado, caerá a la Tierra en los próximos días, según ha anunciado la NASA. Los expertos calculan que la reentrada en la atmósfera del UARSse producirá el viernes próximo, con un margen de un día más o menos, y señalan que, a medida que se acerque el momento, podrán dar datos más precisos.
Tampoco es posible indicar por ahora dónde caerá, aunque es muy probable que lo haga en algún punto sobre el océano, ya que el 75% de la superficie terrestre es agua. Dado que el satélite está en órbita con una inclinación de 57 grados respecto al ecuador, cualquier pieza del mismo que no se queme en la reentrada atmosférica, caería entre los 57 grados de latitud Norte y los 57 Sur. Los expertos de la NASA estiman que los fragmentos podrían extenderse en una franja de la superficie terrestre de unos 800 kilómetros de largo. La probabilidad de que un trozo del satélite caiga sobre una persona es de una en 3.200, es decir, “extremadamente remota”, según ha informado laNasa a Space.com.
En el UARS no queda combustibles tóxicos y los expertos han calculado que 26 grandes fragmentos del mismo podrían resistir la reentrar en la atmósfera, incluidas piezas de titanio y depósitos. El artefacto mide 10.7 metros de largo y 4,5 de diámetro.
La base de la Fuerza Aérea de EE UU en Vandenber (California), van acumulando más datos sobre el satélite y van mejorando sus predicciones de hora y lugar de caída. No hay comunicación con el artefacto y el seguimiento de su trayectoria se realiza mediante radar y telescopios, pero el efecto del flujo solar y la propia orientación del Uars influyen en su caída. El JSOC, a partir de ahora, informará diariamente acerca de la reentrada del satélite, y en las últimas 24 horas emitirá varias notificaciones con todos los datos y alertas, según informa la NASA.