Al asegurar que México nunca había tenido un número de ancianos tan superior como el que actualmente tiene, el jefe del Servicio de Geriatría del Instituto nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, Alberto Ávila-Funes, aseguró que de seguir con ésta tendencia, para 2050 seremos un país de adultos mayores.
Señaló que la epidemia de vejez que ahora atraviesa México, se hace sentir en números cerrados pues mientras en años anteriores la diferencia entre adultos mayores y niños menores de 5 años era relativamente inexistente, ahora la brecha ha crecido considerablemente.
Ser un país de viejos ha sido considerado en otros países como un problema de salud público. “El problema es la gran cantidad de recursos que consumen cuando ya no son parte de un mercado activo”, explicó Ávila-Funes.
“Para lograr un envejecimiento saludable es necesario tener buenos hábitos y costumbres toda la vida incluso desde la niñez. Sin embargo, nunca es demasiado tarde para emprender un cambio en su estilo de vida, ya que el adulto mayor aún puede mejorar su estado de salud actual al tomar estrategias para mantener una buena salud”.
Advirtió que los problemas de estarnos convirtiendo en un país viejo ya se hacen evidentes y solo basta con decir que en el país existen 500 geriatras para atender a una población de 10 millones de ancianos. De ahí que las políticas públicas se inclinen a este sector que podría alcanzarnos antes de lo previsto.