Italia es la nueva campeona de Europa tras ganar en los penaltis (3-2) la final de la UEFA EURO 2020 disputada en el Wembley Stadium. Desde 1976, no se decidía una final desde tanda de los penaltis.
Sin tiempo para descifrar el guión de la final, el conjunto inglés que jugaba en su casa se adelantó en el minuto dos tras una rápida jugada iniciada en su campo. Un estupendo centro desde la derecha de Trippier fue rematado en el segundo palo por el otro carrilero de los británicos, Shaw. El jugador del United, libre de marca, fusiló a Donnarumma casi desde dentro del área pequeña.
El 0-1 dejó muy tocado al combinado de Mancini y de paso aumentó la moral inglesa ante el delirio de su hinchada en Wembley. De hecho, Italia, nada cómoda sobre el terreno de juego ante una Inglaterra agresiva en la presión y que buscaba sentenciar a la contra, tuvo que esperar hasta el minuto 35 para inquietar la meta de Pickford.
Chiesa, tras una gran jugada personal, se sacó un potente tiro que no pasó muy lejos del poste izquierdo de la meta inglesa. De hecho, los “azzurri” lograron terminar mejor el primer tiempo que los ingleses, que estaban cediendo peligrosamente la pelota a Italia.
Esta tendencia continúo al inicio del segundo acto, con los italianos monopolizando la posesión e Inglaterra fiando su suerte a la contra para sentenciar.
En el 70′ encontró Italia la recompensa cuando tras una jugada embarullada en el área inglés -por cierto, paradón de mediante de Pickford a Verratti en la misma jugada- el balón le llegó a Bonucci para casi en línea de gol marcar a placer. Con tablas en el marcador y el paso de los minutos la final se fue a la prórroga a pesar del abrumador dominio italiano.
Curiosamente, fue Inglaterra la que comenzó llevando peligro sobre la meta de Donnarumma -casi un aficionado más durante todo el encuentro- al inicio de la prórroga. Sin embargo, fue un espejismo y durante el tiempo extra de 30 minutos el pensamiento de ambas selecciones fueron los penaltis.
Y desde los once metros, Donnarumma le detuvo el penalti definitivo a Saka para pintar de azul el cielo londinense en un día histórico.