La verdadera democracia no debe caer en el caos y la violencia, opinó el gobernador Fernando Ortega Bernés en torno al caso de diez pobladores de la localidad de Conhuás, Calakmul, quienes impidieron el libre tránsito a las zonas arqueológicas e intentaban secuestrar el patrimonio cultural de la humanidad.
El problema que derivó fue la inconformidad de ejidatarios en la elección de sus comisarios y agentes municipales.
Ayer al respecto, el mandatario estatal aseveró que la semana pasada se vi obligado a ordenar la intervención de la fuerza pública en dicho poblado.
Dejó en claro que la población de Conhuás es gente muy buena y a quienes mucho aprecia, a pesar de que no votaron por él como gobernador.
Sin embargo, aseguró que está muy comprometido con esa comunidad, la cual consideró que necesita progresar.
“Pero no es posible que diez personas intentaban secuestrar el patrimonio cultural de la humanidad que es Calakmul, porque detrás de un acto de democracia estaban cayendo en el caos, mientras afectaban a cientos de turistas que necesitaban acceder a la zona arqueológica”, expuso.
Por ello, el Gobernador advirtió que cuantas veces sea necesario, si se pone en riesgo la paz social, se verá obligado de nuevo a ordenar la intervención de la fuerza pública.
“Así como envíe a la Policía Federal y a la Policía Estatal, lo haré cuantas veces sea necesario, porque es cierto que se necesita hacer valer la democracia, pero también el orden y disciplina”, subrayó.