Propietarios de comercios del centro de la ciudad han tenido que cerrar otras sucursales con las que contaban y poder mantener al menos una pues las ventas en lo que va del año han caído hasta un 80 por ciento, y la situación se puso peor con el semáforo amarillo.
Es el caso de Carmen Reyes González, quien contaba con tres sucursales de su tienda de novedades, una sobre la calle 53, otra en el barrio de Guadalupe y una más sobre la Avenida Central, sólo se quedó con la del centro histórico porque es la más concurrida.
“No me alcanzaba para pagar la renta, y para nosotros como comerciantes la esperanza es que cada mes mejore la situación pero no es así, por el contrario vamos para atrás, ahora con el semáforo amarillo bajaron más las ventas, como un 80 por ciento”.
Este es el último intento que hacen, sostener uno de sus negocios apostando a que a mitad de año a más tardar la pandemia de tregua y sea significativo el descenso de los contagios y que esto permita una recuperación económica.