Hace exactamente un año ocurría uno de los capítulos más inesperados en la historia de los mundiales cuando la aplanadora de Alemania, a la postre campeona del mundo, se imponía con categoría y solvencia a una selección brasileña que fue una caricatura de equipo, que terminó por sufrir una de las goleadas que será recordada por mucho tiempo.
Como en los sucesos más “shockeantes” de la historia, todos y cada uno de los futboleros regados por el mundo sabrán por siempre dónde estaban y qué estaban haciendo el 8 de julio de 2014, hace un año, cuando Alemania goleó a Brasil por 7-1 y le propinó en su propia casa la derrota más sorprendente y humillante de su historia.
La primera semifinal de la Copa Mundial Brasil 2014 dejó pasmado al público del estadio Mineirão, que llegó con el sueño de vencer al mejor equipo del certamen pero que, a los 29 minutos de juego, se frotaba los ojos para comprobar si el 5-0 en contra era real o una pesadilla.
“Es la mejor actuación de un equipo alemán en la que haya participado. Si alguien nos hubiese dicho que íbamos a ganar 7-1, no le hubiésemos creído”, dijo Thomas Mueller, autor del primer tanto, tras el partido.
La otra cara de la moneda era Luiz Felipe Scolari, el técnico brasileño: “Es el peor momento de mi carrera futbolística, el peor día de mi vida en el fútbol, pero la vida sigue. ¿Quién es el responsable? Yo”.
A un año de uno de los momentos imborrables de la historia de la Copa Mundial, la verdeamarelha está en proceso de recomposición. En el banquillo ahora está Dunga, uno de los ídolos de las últimas dos décadas, quien trata de volver a llevar a Brasil a los primeros planos del fútbol mundial, junto con Neymar.